No es ninguna noticia que la forma de trabajar de prácticamente todos los españoles ha cambiado durante el 2020 debido al COVID-19.
Teletrabajar se ha vuelto muy popular en el último año: ha pasado a ser algo que apenas se conocía a ser una práctica habitual. Y si ha pasado a ser una forma de trabajo tan deseada por más de la mitad de los españoles, es porque ofrece grandes ventajas:
La primera es el ahorro, tanto para los trabajadores como para la empresa. En el primer caso, los trabajadores ahorran tiempo y dinero al evitarse los desplazamientos a la oficina. Esto significa poder ahorrar dinero y dormir más por las mañanas. En el segundo caso, las empresas se han ahorrado los gastos de oficina, como la luz, el wifi e, incluso, el alquiler del local.
La segunda es poder trabajar desde donde se quiera. Al ser necesario únicamente tener un ordenador, tableta o teléfono móvil y una conexión a internet, las posibilidades son infinitas. Muchas personas se han ido a vivir temporalmente a sus pueblos o segundas residencias, lo que ha ayudado con el problema de la España vaciada.
La tercera es la autonomía. Poder organizarse el trabajo a su manera ha dado más flexibilidad a los trabajadores, y eso se ha traducido en una mejor conciliación laboral. Además, también ayuda a disminuir el nivel de estrés diario que pueden sufrir los trabajadores.
Estas son algunas de las ventajas que el teletrabajo ha tenido para los empleados, pero los empresarios también han contado con algunos beneficios. El primero, como ya hemos comentado, es un ahorro de gastos de oficina. Además, irónicamente, la autonomía de los trabajadores en sus tareas les ha permitido tener un mayor control sobre qué acciones desarrollaba cada trabajador. Por último, el teletrabajo ha forzado a muchas empresas a digitalizarse para poder introducir esta nueva forma de trabajar entre sus empleados. Esto puede verse como un inconveniente al principio, pero no deja de ser una inversión que va a optimizar las capacidades e ingresos de la empresa.
Sin embargo, la gran desventaja que puede suponer teletrabajar es que no es tan fácil como llevarse el ordenador a casa y empezar a trabajar. La empresa necesita prepararse para poder gestionar el trabajo de sus empleados y sus necesidades a distancia. Lo bueno es que esto tiene arreglo y es más simple de lo que parece.
Es fundamental haber comenzado el camino de la digitalización antes de lanzarse a teletrabajar.
Por eso los sistemas CRM y ERP se han vuelto tan conocidos últimamente, porque cuentan con todo lo necesario para cambiar la forma en la que los empleados trabajan. Facilitarán a la empresa las comunicaciones internas y la gestión de tareas, documentos, clientes, horarios, etcétera. Gracias a los CRM, los ERP y a su almacenamiento en la nube, todos los empleados estarán conectados y podrán acceder a documentos con las últimas actualizaciones. Además, estas plataformas se encargan de las tareas automáticas y sistemáticas, lo que les simplificará el trabajo a los empleados y los hará más eficientes.
Zoho, por ejemplo, es un CRM y ERP que cuenta con muchas aplicaciones que sistematizan el teletrabajo, entre las que destacan Zoho Cliq y Zoho Remotely. La primera es un chat corporativo, y la segunda es una suite de programas ofimáticos y comunicaciones en la nube. Ambas son clave para poder teletrabajar y hacer que funcione.
Puede parecer un proceso lento, complicado y costoso, pero nada más lejos de la realidad. Implantar un sistema ERP puede ser tan sencillo y económico como se quiera, la clave es saber elegir bien.