Te adelantamos la respuesta: La digitalización no es algo nuevo.
La transformación digital de las empresas no es algo nuevo, ni siquiera de este siglo. Es, de hecho, el resultado de un proceso que comenzó hace exactamente tres siglos. Si echamos la vista atrás, vemos cómo las economías que han sabido adaptarse a los cambios impuestos por las nuevas tecnologías han sido las que han sobrevivido. También podemos ver que, las economías más industrializadas y modernas, sobreviven mejor a las crisis que las que se dedican a los servicios. Un ejemplo claro de esto último es el caso de Alemania y España. Pero, ¿qué ha supuesto para la transformación digital que estamos viviendo hoy en día cada una de las anteriores? Si nos encontramos en la cuarta revolución industrial, ¿cuáles han sido las tres anteriores? Resolvemos dudas, vamos a hacer un repaso por la historia para comprender porqué decimos que la digitalización no es algo nuevo.
- Industria 1.0 o Primera Revolución Industrial: Cuando en el siglo XVIII comienza la mecanización del trabajo, da paso a una ola de transformación económica, social y tecnológica. En 1776 aparecen las primeras máquinas de vapor que, junto con la expansión del comercio, el aumento de la población y el desarrollo de nuevas oportunidades agrícolas, hicieron que primero Gran Bretaña y más tarde el resto de Europa comenzasen a depender de las industrias y la mecanización de los procesos de producción. La primera revolución industrial trajo consigo las primeras crisis de empleo de la historia. Es aquí cuando empieza el abandono rural y comienzan a desarrollarse las grandes ciudades y cuando culmina la propiedad privada, la creación del libre mercado y nace el concepto del capitalismo. Debido a la formación de clases sociales, aparecieron las revueltas de la clase obrera y otras importantes ideologías como el comunismo.
- Industria 2.0 o Segunda Revolución Industrial: Con el capitalismo consolidado como el principal modelo económico a principios del siglo XX, entrarían en juego nuevos cambios sociales, tecnológicos y económicos y las clases obreras se sumergirían en una constante lucha con los burgueses. El aspecto más importante de esta revolución fue la introducción de las cadenas de producción a gran escala dentro de las fábricas, lo cual descubrió Henry Ford. Esto abarató mucho los costes e hizo que surgiera lo que hoy conocemos como especialización en el trabajo. La electricidad y el petróleo como nuevas formas de energía serían también clave para la mecanización de estos procesos.
- Industria 3.0 o Tercera Revolución Industrial: La revolución industrial que precedió a la que actualmente vivimos data, aproximadamente en los años 70 del siglo XX. Las grandes compañías informáticas y de software que conocemos hoy en día hicieron sus primeras apariciones en el mercado y se empezó a conseguir una mayor inteligencia y productividad en las plantas industriales. La tecnología permitió que la producción y los procesos de negocio fueran más rápidos. Así nacen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como las innovaciones que permiten el desarrollo de energías renovables y con ello comienzan a azotar a las principales economías del mundo las conocidas crisis energéticas.
- Industria 4.0 o Cuarta Revolución Industrial: Por si la idea de que la digitalización no es algo nuevo todavía no termina de convencerte, hay que explicar que, a comienzos de este siglo, se reorganizan los procesos productivos. Esto hace que las máquinas industriales se equipen con herramientas digitales y que, a día de hoy, estas puedan comunicarse entre ellas de manera automática. Esta revolución esta marcada por las plataformas digitales, la hiperautomatización, el 5G (la red que representa un mayor ancho de banda, velocidad de conexión y transmisión de datos), la robótica, la inteligencia artificial, analítica, impresión 3D, machine learning, nanotecnología y el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y, por último pero no menos importante, por el Big Data y el intercambio de información en tiempo real.
Con estos datos debes estar pensando que quizá la idea de digitalizar tu negocio no es ninguna locura y, además, debes estar cayendo en la cuenta de que, efectivamente, la digitalización no es algo nuevo.
¿Te hubieses planteado no utilizar el vapor en 1776? ¿No hacer una cadena de producción en tu fábrica o no poner electricidad en la misma? ¿Te hubieses planteado no comprar ordenadores para tu empresa a comienzos de los 2000?
Si la respuesta es no, ¿por qué entonces te planteas digitalizar o no tu negocio en pleno 2021?
¿Vas a llegar a tiempo a la Industria 4.0 o te quieres quedar atrás? ¡Contacta con nosotros!