¿Digitalizar sectores tradicionales? Los sectores más tradicionales comienzan a perder el miedo a las nuevas tecnologías: la artesanía no está reñida, ni mucho menos, con la innovación tecnológica.
Pese al déficit de formación, la artesanía también decide digitalizarse. Poco a poco se van implantando herramientas digitales de diseño en actividades tan antiguas como son la cestería o la joyería pero, para que esto comience a ser lo normal y deje de ser la excepción, todavía queda mucho trabajo que hacer en la formación e información de este gremio.
La artesanía en toda Europa se enfrenta a los mismos retos y dificultades: la falta de una buena gestión en las pequeñas empresas, el relevo generacional y la necesidad de vincularse a nuevas tecnologías y nuevos materiales.
Laura Miguel Baumann, responsable de Fundesarte, área de promoción de la artesanía de la Escuela de Organización Industrial (EOI).
Así nace el proyecto Crafting Europe, para tratar de impulsar los enfoques innovadores en la artesanía. A través de este proyecto se está estudiando el impacto que tiene la artesanía en términos económicos. Además de esto, se han lanzado dos programas.
- El primero, “Creación de una empresa artesana”, trata de capacitar y asesorar a los emprendedores del sector, para que estos puedan desarrollarse comercial y creativamente.
- El segundo, “iAtelier”, está dirigido a fomentar el uso de las TICs, para aumentar el uso de las tecnologías de fabricación digital más modernas.
Los participantes del proyecto formaban equipos de trabajo integrados por un perfil digital y otro artesanal en la medida de lo posible. Dicho proyecto consta de tres fases, el taller de introducción, el de experimentación y el de producción. Se formaron cinco equipos: D.P.O MAT, de cerámica extruida; Parenchyma, de joyería electroformada; Digital threads, de carpintería trenzado Fieltro Flexible, de moldes impresos para tejidos; y DELTA 21, de luminarias paramétricas;
Los trabajos se desarrollaron en un laboratorio de fabricación donde los participantes tenían a su disposición herramientas digitales, aditivas, sustractivas, de conformado o electrónica, tales como escáneres, impresoras 3D, cortadoras láser, fresadoras CNC, termoconformadoras y brazos robóticos, entre otras tecnologías de manufactura digital. Se trataba de que los participantes no usasen las tecnologías de fabricación digital solo como una herramienta de producción, sino que las integren como medio para la experimentación creativa, disminuyendo el inevitable rechazo inicial de un artesano hacia lo digital para descubrir las posibilidades de interacción y personalización que permite la fabricación digital en la fase de creación.
Fabricio Santos, coordinador del proyecto iAtelier.
Los resultados, según comentan los gestores del proyecto, fueron sorprendentes y gratificantes, sobre todo teniendo en cuenta el desconocimiento al que se enfrentaban en un principio. Al terminar el proyecto, algunos de los participantes ya han comprado sus primeras impresoras 3D. Esto significa que comienza una nueva era de cambios en la producción y la venta de piezas artesanas. Además, aunque en muchos casos todavía no están preparados para la logística de un e-commerce, este ha abierto muchas posibilidades a un sector tan tradicional como el de la artesanía. En estas ocasiones, los marketplaces proporcionan una muy buena alternativa pero, ¿quieres depender siempre de ellos?
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